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Todos los días resistía el llamado del viento. Sus alas se estremecían y le pedían expandirse y volar, pero ella, decidida, se rehusaba a partir si no era con él.
Ella pasó semanas en tierra buscando la forma de llevárselo consigo. Juntos planearon y construyeron un par de alas artificiales con sueños y algodones, promesas y maderas, amor y cordeles.
El día llegó y ella debía partir, pues el cielo le reclamaba con intensidad. Se pararon juntos en el borde de un barranco y ambos estiraron sus alas; las de ella naturales, hermosas, fuertes, las de él temblorosas, toscas y postizas. Ella tomó aliento y con una gran sonrisa se elevó por los aires con gracilidad. Detrás de ella, con vuelo torpe pero seguro, iban el par de alas confeccionadas con tantas ganas, mientras él, plantado al piso con el peso de sus miedos, les vio alejarse.
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3 comentarios:
Ya mejor no digo nada ni prometo nada. He aquí la última mentira de esta serie que tanto me costó contar.
Suerte y hasta pronto.
Francisco Espinosa.
Es una forma hermosa de terminar esta serie de pequeños cuentos que tanto me han... no, gustado no es la palabra. Me han, me has estremecido, me han rasgado y llegado a las entrañas, a las arterias, a cada vena, al mismo corazón. Gracias, gracias, gracias vida. Y por último, sepa el autor que, esta que ha confeccionado, es una deliciosa y bella mentira. Si tu me quieres a tu lado, ahí estaré yo. Volando juntos, siempre juntos. Y por vez primera, "siempre" no es mucho, si no poco, poquisimo tiempo, tan pequeño que no me alcanza la vida para decirte: Te amo
ohhh.. te tardaste un buen en publicar =/! este esta hermosisimo ^^ le daria un like si estuviera en facebook, definitivamente vuelvo a releer la seriee.. en especial este cuento.. de tan cortito el final fue demasiado llegador :) qe pro eres :P
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