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Empujando, desesperado, trataba de acercarse entre los curiosos. Al llegar frente a ellos la vio ahí, sobre la calle. Rota.
“Ya es algo común, jefe” le diría un representante de la compañía después “, al parecer algún chistoso en el departamento de programación calibró mal los patrones de sensibilidad de toda esta serie y quedaron tan delicadas que sólo pueden sentir dolor, al grado que muchas han violado su programación para apagarse definitivamente. Pero no se apure; si el técnico determina que la suya tuvo ese defecto de fábrica, Life Partner Droids con gusto le enviará otro modelo”.
Él se agachó y tomó la fría mano quebrada, pensando que era por eso que le gustaba tanto.
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1 comentario:
La ciencia ficción fue un terreno que quise explorar siempre, pero nunca me atreví a aventarme de cabeza. Leerte en ese campo es hermoso, la sutil tristeza de este cuento me gusta tanto...
"sutil tristeza" ¡¡que mal adjetivo!!
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