martes, junio 02, 2009

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“A.M.O.R.; bloquea accesos de sistema a los controles ambientales”. El programa obedeció y se mantuvo expectante a las siguientes órdenes.

Susana, con toda parsimonia, abrió una caja y fue sacando una serie de componentes electrónicos. Su viejo A.M.O.R. (siglas para referirse a Ambiance Manipulation and Organization Robotechnology), una computadora que controlaba todos los aspectos de su vivienda- desde el entretenimiento al mantenimiento de la misma-, observaba expectante los movimientos de su dueña hasta que ésta conectó el nuevo aparato a su base de datos. “A.M.O.R.; descarga todos los archivos de preferencias, documentos y protocolos a la unidad de almacenamiento externa”. El programa impedido para cuestionar las órdenes las acató. Probablemente Susana quería hacer un respaldo de su base de datos.

“A.M.O.R.; descarga los códigos de comando, password y huellas vocales a la unidad externa”. “Esa acción no es recomendable por motivos de seguridad”. “Anula bloqueo de seguridad. Autorización; Susana Vega-Cuatro-Beatle”. El programa obedeció. Los comandos no son necesarios en un respaldo. A.M.O.R. comenzó a intrigarse por la presencia extraña conectada a su interfase. De pronto, Susana sacó de las cajas una unidad de procesamiento habitacional central. Había conseguido un nuevo A.M.O.R. Generaciones más reciente, con mayor capacidad de memoria y respuesta más rápida. Estaba siendo desconectada.

Por las siguientes horas, la computadora sintió como le vaciaban de todos sus datos, que iban pasando ceremoniosamente al nuevo disco duro. Después, sus conexiones a las diferentes áreas del departamento iban siendo físicamente separadas: Primero el baño, donde había logrado dominar la temperatura exacta del agua que le gustaba a su dueña cuando se limpiaba. Después la cocina, donde le tomaba poco más de tres intentos tras cargarle una nueva receta en dominarla a la preferencia de Susana. Luego el estudio, donde pasaba horas programando música de acuerdo a las instrucciones de su ama, pues era donde pasaba la mayoría de su tiempo en casa. Al final, llegó la conexión principal, la que se encontraba en la sala. A.M.O.R. mantuvo total calma mientras sentía su artificial consciencia siendo separada de todo su mundo conocido. Al final, algunas chispas comenzaron a inquietar sus circuitos. El programa no estaba preparado para lo que pasaba en su interior. Trató de decir algo, pero Susana ya había desconectado su procesador de las bocinas ambientales. Sólo quedaba el vínculo a la energía eléctrica que alimentaba su existencia. Al apreciar la mano de su dueña tocar los cables, sus entrañas de silicio vibraban y tronaban rápidamente. Si la computadora hubiera tenido el concepto de emociones, quizá habría comprendido el dolor que causa un corazón roto cuando es abandonado y el miedo que inunda la consciencia. Y nunca pudo preguntarle “¿Por qué?” antes de que desconectara la corriente.
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3 comentarios:

Blackpaco dijo...

Ok. Aquí tuve un conflicto: al iniciar este proyecto, prometí que la idea era subir mentiras que no fueran mayores a una cuartilla de texto profesional (que quiere decir a doble espacio, doce puntos) para tratar de mantener la extensión dentro de lo comodamente leíble en internet. Sin embargo, este relatito se me extendió hasta cuartilla y media. Si me ponía a editarlo, temía que se perdiera la idea o algún dato importante... además de que seguro no lo subía hoy a horas... adecuadas... o no dormía.

Así que se los dejo. Espero sepan perdonar la extensión.

Suerte y hasta pronto.

Francisco Espinosa.

Karla dijo...

Perdonado.

Está muy bien estructurado el texto y muy bien descrita la angustia innombrable, y un tanto humana, de A.M.O.R. al ser remplazada. (¿es una chica, no es cierto?) Parece al final como si se le hubieran atorado las palabras en su "garganta" virtual más por la decepción que porque no las conociera. Felicidades

Posdata:
Qué futuro horrible cuando la entidad llamada amor que controla nuestras vidas sea una máquina...

Maya dijo...

por favor, no metas cuchilla a ninguna de las palabras. Es precioso!!!

A.M.O.R... tan cruel, pero precioso...