jueves, junio 18, 2009

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La aguda y chirriante carcajada salió del fondo de la tierra. Los perros ladraron, los niños despertaron asustados de sus apacibles sueños, las nucas de las abuelas se erizaron con escalofríos. La bruja seguía carcajeándose mientras agitaba el contenido de su caldero, llenando de vapor la profunda cueva. En un rincón, paciente, su hijo esperaba la sopa.
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5 comentarios:

Karla dijo...

Si no fuera por la gente supersticiosa, esa madre podría echarle más que patitas de araña a la sopa del niño. ¿Además, que tiene de malo que vuele en su escoba si ésta es un transporte tan ecológico, tan cómodo?

Anónimo dijo...

R-

Anónimo dijo...

R-

Maya dijo...

jajajajajaja.... Me encanta!!! Es un cuentito hermoso... cuentame más...

Anónimo dijo...

"...mienteme pinoche mienteme..."-maya