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Entre la bruma del sueño escuchaba una voz urgente que le ordenaba despertar. Creía se trataba de alguno de los médicos o de su madre, pero se negaba a dejar atrás el químico letargo que tanta paz le daba. Los gritos imperiosos, en realidad, pertenecían a Morfeo, que veía su reino invadido de monstruos incontrolables cada vez que ella dormía.
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1 comentario:
Sí, me pasó lo mismo. Me ha pasado una y otra vez, tanto, que Morfeo piensa seriamente ya en no dejarme entrar a su reino....
Te amo!!!
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