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Por años aguantó el terror absoluto de tenerlo en casa. Todos los días vivía con un miedo atroz a verlo, siempre ahí, sonriendo. Ella sabía que él podía verla sin sus trabajadas máscaras, sin su ensayada apariencia, sin sus cómodas barreras. Él veía su corazón desnudo y eso la llenaba de pánico.
No pudo más. Era suficiente de ese recuerdo constante de vivir en el infierno, de haber perdido todo lo alguna vez considerado sagrado, de saberse frágil y mortal. Su cuerpo se llenó de sudores fríos y su cabeza explotó esa mañana al verlo, como siempre, inconmovible ante su sufrimiento.
Salió corriendo y se encerró en su recámara. Recargó su espalda en la puerta y se resbaló hacia el piso. Su corazón palpitaba tan fuerte que sentía un tambor en sus oídos resonando un ritmo loco, delirante. Podía escuchar sus pasos acercarse. Puso sus manos en su cabeza y se jaló el pelo con desesperación. Dio un pequeño salto cuando esa cosa tocó a la puerta. La garganta se le cerraba. ¿A dónde podría ir ahora? Volvió a tocar.
- ¿Mami? ¿Qué tienes, mami?- se escuchó del otro lado de la puerta.
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3 comentarios:
Me topé con dos citas esta semana:
"El niño conoce el corazón del hombre". Edgar Allan Poe.
"Cuando la infancia muere llamamos a su cadáver adulto, quien entra de lleno en la sociedad, uno de los nombres más amables dados al infierno. Esa es la causa por la que, aunque la queramos, tememos a la infancia. Ella nos muestra el estado de nuestra decadencia". Brian W. Aldiss.
Ni sé bien por qué les comparto las citas, pero helas ahí. Un poco como inspiración, o confesión culpable, de lo que han leído esta semana.
Maya me dio el tema de la infancia y debo decir que no supe bien cómo encarar el reto. Lo siento.
Sin embargo, conta viento y marea (y algún apagón de horas) se concluye una semana más de cuentos. Espero los hayan leído y algo les hayan dejado (a mí, al menos, muchos dolores de cabeza).
Ojalá comenten más seguido, que acá se siente solo. Un poco.
En fin. Les dejo esto y los estaré viendo la próxima semana.
Suerte y hasta pronto.
Francisco Espinosa.
pos aqui esta mi comentario, me parece muy bien que pongas algo diario, ya hacia falta ver lo que haces
No me parece que hayas fracasado al enfrentar el reto, al contrario, mostraste una cara aterradora de la infancia, que me ha encantado. Este cuentito, en particular, ha sido delicioso y también ha sido doloroso: encara uno de mis más arraigados temores. Una semana más, amor mio. ¡Una semana más de letras y cuentos! Te amo, no dejes de escribir....
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